jueves, 10 de agosto de 2017

Fácil de soñar



Un barquito varado en el olvido
posiblemente dejado de lado
por el mar que lo había trabajado
baos de bruces en la arena hundido.
Del muelle se acercaron dos bandidos
martillo en mano madero cruzado,
se echaron encima del ultrajado
y arreglaron el casco comprimido.
El barco servible redondo al mar
volando por el surco de las olas
dejando en pos del hombre sus cuidados.
Un marinero le contaba a solas
sus desvelos, sus apegos bregados
y el mar le entregó su afán de soñar.

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